Destellos del alma

Efímera la vida... Las ilusiones, las estaciones, la alegría y el sufrimiento.  Eterna el alma que destilando amor... Pinta en el corazón  el exquisito perfume  de la ambrosía primaveral. 

  De colores se visten los ojos con el brillo de la primavera. De colores se refleja el arcoíris  en la fuente de deseos, en el árbol de la esperanza.   De colores el día  en el lienzo del atardecer. Con el pincel de las letras las notas de mí existir. El Amor me habla  en cada amanecer.

  Llueve un sentimiento de amor,  en la quietud de la noche, en la vorágine del pensamiento.   Una epifanía de insomnio se refleja en el universo, entre pinceladas de girasoles y mares profundos de metáforas.   Ya no brillan los colores en las páginas de recuerdos, quedó triste el otoño. Un solo libro, una esperanza, como un milagro: La esencia de tu sonrisa.

Llueve sobre mojado en mi ventana, y mientras sostengo la taza de café,  observo mi bicicleta azul de canasta ¿ Cuánto tiempo hace que debió repararce? Si no llueve, lo haré mañana. Siempre llueve en todas partes, y a veces en el alma; no me gustan los paraguas... Y qué tal, si salgo a caminar descalza, bajo la lluvia, como cuando niña.  

  Suenan campanas de alegría entre mares de luces navideñas. Florecen recuerdos lúcidos  y los ojos se visten de nostalgia.   Si se pudieran maquillar las lágrimas con un buen corrector, lápiz labial y exquisitos rocios de Chanel, pero el alma no conoce banalidades.   Conoce el brillo de las luciérnagas que acompañan e iluminan el instante cuando la vida, nos levanta de las cenizas.   Y en esa luminiscencia, el amor nos salva, la naturaleza nos llama con sus maravillas, una de ellas… la Poesía.  Picture : Dreamstime 398347

  De tanto esperar, se nos perdió el amor en la calle del quizás. Quizás un día... quizás mañana, Quizás tus labios junto a los mios en otra vida. Quizás, Quizás... ¡ Quizás !

Se amaron con intensidad entre las sábanas del amanecer, pero se les escapó la felicidad por la ventana del ayer. Lágrimas enmudecieron la ilusión. ¿Serían alucinaciones? sedientos de amor, ternura y pasión, sus miradas suspiraron, en un adiós.  

Soñé que tus ojos acariciaban mi alma y tus labios besaban mi sonrisa. En ese momento, me estremecí... Soñé que era tuya, y tu mio.