Destellos del alma

  Me gustan pocas  cosas en la vida, pero esas cosas son grandiosas: Los matices del alba y el ocaso,   la inmensidad del mar, las especies marinas, la energía de los rios,  el esplendor de la luna, el universo infinito, el vuelo y el canto de las aves, los bosques, las montañas, el perfume de las flores,  el olor a tierra mojada, la exquisitez del café y el vino, la buena música,  y una fogata a la luz de la luna  con gente noble y sincera, esas que abrazan el alma y sonríen con la mirada. 

  Los poetas libres no se creen poetas, escriben en las páginas rotas de su diario vivir.  En silencio, entre risas y llanto... La inspiración .  Con el aroma del café,  el cantar de una avecilla y el perfume de sus pensamientos genuinas partituras.  No buscan aprobación, fama ni gloria,  ni quién comprenda sus letras,  el sentir fluye, brilla y rima con el pincel del alma. Ellos saben que, absolutamente nadie, apagará la voz y el mar de pasión  que por sus venas corre.

    Tengo una guitarra vieja y una colección de versos  revoloteando en mi interior  que no consigo plasmar.  Tengo una sinfonía  en mi cabeza y un mapa en mi maleta  para viajar sin dirección .  Tengo una eterna carrera  contra el tiempo... demasiado corta es la vida  para vivir con restricciones.  Vida; impredecible y fugaz , te tengo y no te tengo. Eres tiempo y destiempo, pero bella y sobrenatural.   

Filosofando por las calles de la vida,  encontré misiles cargados de dudas,  quise escapar pero me encontraba  en un callejón sin salida.  Me quedé en silencio, en calma y pude ver el maravilloso oasis  de amor, fortaleza y creatividad que emana de nuestro interior. En los confines del universo  hay luz, oscuridad, belleza, magia, eternidad y verdad.  En la tierra, el bien, el mal   y seres humanos en busca de la verdad.

 Hace tiempo  todo gira al revés,  ráfagas de hielo en verano,  calor infernal en invierno.  Hace tiempo  el tiempo asfixia, pasado, presente, futuro... la ruleta rusa.  Hace tiempo, mucho tiempo el silencio es mi amigo  y si brota una lágrima... quizás, escriba un poema.

  Me gusta los rincones del atardecer,  sus aromas y sus matices tienen  sabor a serenidad.