Mujer completa

 


Ser mujer es un gran privilegio, 

y va mucho más allá de un lápiz labial,

un perfume, un buen cuerpo, y vestir 

a la moda.


Cuidar la salud y lucir bien es esencial,

pero la vanidad, la obsesión por cumplir 

con los estereotipos de belleza que nos 

exige esta sociedad, es sin duda alguna, 

nuestro peor enemigo.


Morimos un poco cada día, cuando nos

resistimos a ser nosotras mismas.

Mantener nuestra naturalidad y

envejecer con dignidad, para nada tiene

que ver con descuidarnos o con baja

 autoestima, muy al contrario. 


No está bien tener más banalidad

 y superficialidad que inteligencia,

bondad y esencia de personalidad. 


El equilibrio es el plato principal,

en el menú de la vida.


Alimentar el alma, cuidar mente 

y cuerpo nos permite vivir en 

armonía, con sencillez, libertad 

y autenticidad.


Somos mujeres completas...

Perfectamente imperfectas, 

y no muñecas de plástico que se van

armando por partes.


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