Vivencias


De tanto reír,

aprendí a bailar,

de tanto llorar,

aprendí a navegar...


Sí, a navegar

por un mar bravío,

y a mantener la calma

en medio de la tormenta.


En este camino llamado vida,

he tropezado con farsantes,

expertos en dramas

y manipulaciones.


Recibí traiciones de quien menos

lo esperaba, me caí muchas veces,

creí morir...pero me levanté

por gracia divina.


He viajado, no lo suficiente

como me gustaría, pero ha sido

gratificante y enriquecedor

compartir con personas

de diferentes culturas, creencias,

religiones y status sociales .


Amo el valor

de las pequeñas cosas,

porque lo importante no es tener,

si no ser. De nada vale, 

vivir en una jaula de oro, 

si no hay amor.


Los rincones del alma

no conocen dogmas ni fronteras...

El saber o tener, no nos hace

mejores personas,

ni ser religiosos o fanáticos

verdaderos creyentes.


He aprendido que no todo

lo que brilla, es oro...

Que hoy, nos podemos ilusionar

y mañana desilusionar.


Que nunca se termina,

de conocer a una persona,

que los años no dicen nada,

y que es mejor estar solo...

Que mal acompañado.


El amor es un acto natural ,

no una cárcel o una tortura...

Quien quiera permanecer, lo hace

y quien no, es libre

de tomar su camino.


Con mis defectos, virtudes

y equivocaciones ...

Amo lo que soy.

No necesito aprobación,

para ser, amar y expresarme.


Sigo observando y aprendiendo,

cada persona es un maestro,

y cada día una oportunidad.

Tengo amor en mi corazón,

alimento mi alma a diario

y la cuido como una Rosa.

Mi mejor amigo es Dios...


Agradezco cada etapa vivida,

cada lágrima, cada sonrisa,

han sido propósitos divinos

para guiarme 

y seguir cuidándome...

Como la niña de sus ojos.


©




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Dicotomía

Mujer completa

El amor y el ego